Lo manifestó el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud, al lamentar que el Poder Ejecutivo insista en enviar el proyecto de aborto legal en medio de la crisis por la pandemia.
El presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral para la Salud, monseñor Alberto Bochatey OSA, obispo auxiliar de La Plata, lamentó que el Poder Ejecutivo insista en enviar al Congreso el proyecto de aborto legal en medio de la crisis sociosanitaria por la pandemia, y calificó de “tristísimo” que una legislación argentina promulgue una ley que implique matar a un ser humano.
“Es claro que el Presidente tiene un fuerte compromiso con algunos grupos y el lobby de los proaborto y realmente es una pena lo que él dice, que quiere cumplir una promesa de campaña, porque hay tantas que no se cumplieron, como los aumentos a los jubilados, que los están matando con estas nuevas normas. Me cuesta creer que usen el tema del aborto como una pantalla política, realmente sería muy miserable”, expresó en una entrevista en Radio Grote.
El prelado recordó que el presidente Alberto Fernández ya cumplió su promesa tras anunciar, en la Casa Rosada, el 12 de diciembre pasado (por boca de su ministro de Salud, Ginés González García) que el Protocolo de la “interrupción legal del embarazo” se nacionalizaba junto con una fuerte campaña para que sea reconocido por todo el país.
“Prácticamente el 95% de las jurisdicciones nacionales ya adhirieron al Protocolo. La pregunta es: ¿por qué insisten con la ley si el aborto ya se está realizando? De hecho, la Ciudad de Buenos Aires registró el año pasado más de 8.000 abortos y este año llevan más de 4.000. Sería la primera vez que legisladores argentinos, en democracia, promulguen una ley que implica matar a un ser humano. Es tristísimo, nunca tuvimos leyes para matar a nadie y ahora eso se va a aplicar a los niños por nacer”, advirtió.
En declaraciones a la emisora de la Federación de Círculos Católicos de Obreros, monseñor Bochatey dijo que la vida enseña que matando seres humanos, no se soluciona nada, y puso en duda las cifras reveladas por grupos proabortistas.
“Con tantos avances y con toda la millonada de pesos en anticonceptivos que se reparten ¿es posible que sigan diciendo que hay entre 370 y 500 mil abortos en la Argentina? Es decir, más de 1.000 abortos por día y casi 50 por hora. No hay ningún sistema sanitario que lo aguante”, cuestionó.
“También se argumenta: tantas mujeres que mueren por abortos mal hechos. Eso no es verdad, las muertes por aborto han descendido un 62%, según cifras del Ministerio de Salud. Yo me pregunto, si son tantas las mujeres que mueren, ¿dónde están los cadáveres? Se los tuvo que enterrar, un médico debió firmar el certificado de defunción y luego los familiares llevarlas a un cementerio: nunca, ¿ningún familiar denunció nada ni a nadie?”, agregó.
El presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral para la Salud estimó también que el argumento de la llamada “maternidad forzada” debería transformarse, por la agresión que los adultos (varón y mujer) aplican a la nueva vida, en “filiación forzada” y se preguntó: “¿La vida de un inocente depende de la voluntad de un adulto?”
Asimismo, se refirió también, a la libertad de opinión y consideró “discriminatorio” y “escandaloso” que en democracia haya quienes quieran imponer que los ciudadanos que son creyentes deben limitar su libertad de expresión y su libertad religiosa y no pueden dar su opinión.
“¿Quién tiene la autoridad para decir que tal grupo, o los cristianos, o la misma Iglesia no pueden hablar ni ser escuchados? Esto es parte de un relato absolutamente discriminatorio pues, aunque un ciudadano o un grupo de ciudadanos no tengan una visión laicista, atea o agnóstica, tienen derecho a opinar. El INADI debería actuar de oficio para que no se discrimine por religión. Esto es escandaloso”, sostuvo.
Sobre la visión del papa Francisco acerca del tema, monseñor Bochatey manifestó que el Santo Padre ya ha hablado innumerable veces condenando el aborto y recordó que él no puede interferir con las leyes particulares de cada país.
En otro momento lamentó que la encíclica papal Fratelli tutti, solo se haya difundido en los medios por 24 horas. “El Papa rompe la dialéctica de la dualidad; todos somos hermanos. La fraternidad y la amistad social se van a poder concretar cuando nos reconozcamos hermanos. La propuesta de fraternidad-amistad social, es como una especie de gran rompehielos que el Papa Francisco ha lanzado al mundo, cuando nos dice: terminen con la dialéctica de división y construyamos puentes de unidad y verdad. Avancemos unidos. Estamos todos en el mismo barco”, subrayó.
Monseñor Bochatey adelantó que, de seguir adelante con este proyecto del Presidente, después vendrá la ley de la eutanasia y otras leyes que no respetan la vida, y opinó que si se quiere tratar el aborto como un problema de salud pública, es necesario que se ofrezcan soluciones desde verdaderos programas de salud pública y no eliminando a una de las partes.
“El aborto en todas sus formas ocupa el lugar 40 en una lista de 50 causas de muertes de mujeres en edad fértil. O sea que hay 39 causas de muerte más graves. Que no nos engañen, el aborto es un tema ideológico, es un tema de pactos y obligaciones que tienen con organizaciones internacionales para instaurar el ‘nuevo derecho’ de eliminar la vida del ser humano por nacer. Lo que Francisco llama, la colonización ideológica”, concluyó.