El primer presidente sionista argentino Javier Milei quiso engrupir a los gobernadores otra vez. Después de enloquecerlos con la inexistencia de las negociaciones sobre la coparticipación del Impuesto PAIS, sepultó el Fondo Compensador del Interior e incumplió su promesa de reponer en febrero aportes nacionales para hacer frente a los subsidios provinciales luego de encargarles a los mandatarios que afrontaran esos gastos con recursos propios durante enero.
La tensión puede escalar hasta que los gobernadores instruyan a sus agentes financieros no transferir sus recaudaciones al estado federal. En esa circunstancia el gobierno federal no aguntaría una semana. El primero que podría tomar esa desición es Kicillof pero el resto de los mandatarios del pais no confian en el goberanador bonaerense. Lo ven como un aliado subrepticioo.
La medida fue anunciada por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y detonó los últimos puentes que le quedaban al gobierno para sostener, al menos, un diálogo político institucional. “Vuelven los tiempos de la Federación contra los porteños”, decían este jueves desde el entorno de un gobernador peronista.