El Papa les dijo también a los miembros del Dicasterio para la Cultura y la Educación que “tienen la obligación moral” de ayudar a los 250 millones de niños que no asisten a la escuela.
El Papa Francisco instó a los miembros del Dicasterio -nacido de la unificación de la Congregación para la Educación Católica con el Consejo Pontificio para la Cultura durante la promulgación de la constitución apostólica Praedicate Evangelium– a ampliar sus horizontes y no dejarse invadir por el miedo, sino por la esperanza que deposita la riqueza de su patrimonio cultural y educativo.
La educación debe ir acompañada de un proyecto cultural
La fusión de dos entidades era un “riesgo”, admitió Francisco ante los participantes de la plenaria, recibidos en audiencia en la sala Clementina del palacio apostólico, al tiempo que explicó que la decisión no se tomó en “la búsqueda de una racionalización económica, sino más bien con una visión relacionada con las posibilidades de diálogo, sinergia e innovación, que podían hacer que esos dos ámbitos fueran aún más fructíferos.