La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania. Gaza

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Por Luis Alvarez Primo

El codicioso comediante Volodymyr Zelenski, es hoy el ilegítimo presidente de Ucrania que ejerce la primera magistratura de la República de Ucrania sin haber validado su cargo mediante las elecciones que la constitución ucraniana le exige. Así, Zelenski viaja sin solución de continuidad y se lo puede hallar en cualquiera de las capitales del colectivo occidental menos en Kiev, donde debería estar junto a “su pueblo”, en medio del catastrófico derrumbe, consecuencia de la guerra absurda impuesta por la OTAN al servicio de los Estados Unidos, hasta el último ucraniano. No algo sino todo está podrido en Kiev: la agonía de las instituciones políticas de Ucrania se prolonga con el artificioso e hipócrita abastecimiento de armas del colectivo occidental que se ha opuesto sistemáticamente a toda iniciativa de negociación y paz mientras continúan las razias para obligar a los jóvenes ucranianos a incorporarse a un ejército ya prácticamente diezmado.
Las fantasías de fragmentar Rusia elucubradas por los delirantes judíos de la Administración Biden y los petimetres globalistas de la masónica, corrupta y mafiosa Unión Europea (atentado al Primer Ministro eslovaco R. Fico; extorsiones y amenazas al Presidente de Georgia) se han hecho añicos: hoy Rusia está mucho más fuerte y desarrollada que cuando los neoconservadores estadounidenses impulsaron abiertamente un cambio de régimen en Rusia en el 2014.
Hoy Putin lidera la más promisoria corriente geopolítica en desarrollo en el mundo llamada “multipolarismo” junto con China y sus aliados: Brasil, India, Irán, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Egipto, Arabia Saudita y Etiopía. Y 59 países del orbe aspiran a incorporarse a la estructura originaria del BRICS. Tal lo manifestado en la reciente reunión en San Petersburgo del ”Saint Petersburg International Economic Forum-2024”, donde participaron 21.300 representantes de 139 países que suscribieron 980 acuerdos por un total de 6.4 trillones de rublos ( 71.8 billones de U$D).
Las interminables cuanto ineficaces sanciones económico-financieras impuestas a Rusia por los EE.UU. y la UE con la expectativa de doblegarla han fracasado rotundamente tanto como sus armamentos en los campos de batalla de Ucrania. Todo ello ha potenciado el desarrollo de Rusia no sólo en el ámbito militar (Jacques Baud. “The Russian Art of War”, Max Milo. París.2024), que supera con creces la capacidad del complejo industrial militar de los Estados Unidos y de la OTAN, sino también el económico y social, puesto que, según reciente informe del Banco Mundial hoy Rusia es la cuarta economía más poderosa del mundo habiendo superado a Japón. El crecimiento del PBI ruso del año pasado fue de 3.6 % y el crecimiento del PBI en el primer trimestre del 2024 fue del 5.6%. Rusia ha sustituido exitosamente importaciones y se complementa con sus socios comerciales del BRICS. La agricultura sigue siendo un sector fundamental. El consumo anual de carne en Rusia hoy es de 80 kgs per capita. (Mientras que el promedio en el mundo es de 42 kgs). El desempleo en Rusia hoy es el más bajo histórico: 2.6% y el desafío ruso es encontrar personal para las grandes transformaciones en curso.
Bajo el liderazgo de Putin se han restaurados las tradiciones nacionales rusas y su brillante ministro de relaciones exteriores, Sergei Lavrov, conduce una activa y eficaz diplomacia respetuosa del derecho internacional, en las antípodas de todo colonialismo, que suscita una creciente adhesión en los cuatro continentes.
Ciertamente esto comporta un contraste sobrecogedor y auspicioso frente al escandaloso genocidio del pueblo palestino en Gaza por parte del criminal gobierno israelí y su cómplice, el gobierno de los EE.UU. Desde que los polítólogos J.Measheimer y D. Walt escribieron “The Israel Lobby”, es un dato irrefutable que la belicista política exterior estadounidense está controlada por Israel. Y desde que E.Michael Jones publicó “El Espíritu Revolucionario de los Judíos y su Impacto en la Historia Mundial”, también está claro que la cultura estadounidense esta judaizada, es decir, sometida a la trastornada, materialista corruptora y psicopática visión mesiánica del talmudismo judío. En una entrevista reciente de Tucker Carlson a Thomas Maissie, miembro republicano en el Congreso de los EE.UU., este declaró (tronchando su carrera política) que cada político estadounidense tiene asignado un comisario del “American Israel Political Action Committee” (el lobby de Israel en EE.UU.) que lo controla. Cualquier parecido con la realidad argentina no es coincidencia.
En Cristo, ¡Viva la Patria!

Otro sí digo:
Cuando el desequilibrado, degenerado, ignorante, talmudista Javier Milei declara que “es un topo que viene a destruir el estado” argentino, hay que tomarlo en serio. El Estado en la acepción fuerte aristotélica de polis autárquica y autónoma, es la comunidad política, que comporta territorio más población, más orden de convivencia más gobierno para el bien común, por lo tanto, somos nosotros mismos a quienes el neurótico resentido Milei quiere destruir.
¿Hay alguien que aún no ve que Milei es un psicópata guiado por una tarotista-espiritista advenediza al servicio de la judería local e internacional que lo puso en la Rosada?
La historia nos enseña en que termina toda esta perversión democrática. Que el Logos siempre en ascenso confunda a nuestros enemigos con “la astucia de la razón”.

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