Los gobernadores de diez provincias del norte argentino se reunieron el pasado viernes en Chaco convocados por el anfitrión Jorge “Coki” Capitanich y formaron un consejo regional para exigirle a Alberto Fernández medidas que favorezcan a la zona, con la capacidad de condicionarlo en el Congreso si no responde los llamados.
Según asistentes al evento, los mandatarios se juntarán cada mes, aspiran a ganarse un lugar en la mesa del frente oficialista y ser un contrapeso de la provincia de Buenos Aires, eje de las prioridades en el reparto de recursos y principal músculo político del kirchnerismo.
Consideran que es mejor proteger al presidente de las internas oficialistas, no hablan ni bien ni mal de Cristina Kirchner, pero coinciden con ella en que hay “funcionarios que no funcionan”. Pero como no sienten el suspiro de la Casa Rosada ante cada paso que dan, confían en que unidos pueden conseguir muchos beneficios a mediano y largo plazo.
“Coki le dijo a Alberto que iba a regionalizar y juntó 10 gobernadores. En tiempos del kirchnerismo era imposible, porque hablaban hasta con los intendentes y nos convocaban con todo cerrado. Ahora hay que empujar. Alberto es presidente por los votos de los bonaerenses y del norte del país y lo tiene que entender”, repetían en los pasillos del Centro de Convenciones Gala, de Resistencia.
El arma principal de la liga norteña, coincidieron, es la capacidad de condicionar las leyes del Gobierno si no son escuchados. “Tenemos el 30% del territorio nacional, el 21% de la población pero en términos de decisión política somos todavía más importantes en el Congreso y lo tenemos que hacer valer”, advirtió el gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora, uno de los invitados.
También llegaron a Chaco sus colegas colegas Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Juan Manzur (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta).
También asistieron los radicales Gustavo Valdés (Corrientes) y Gerardo Morales (Jujuy), quien viene con gestos al Gobierno como ordenar a sus legisladores aprobar el impuesto a la riqueza, el presupuesto y hasta desconectarse cuando se sancionó en el Senado el traspaso de la policía federal a la Ciudad, con recortes a la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires.